Su visión nocturna es ocho veces superior a la nuestra gracias, en parte, al Tapetum Lucidum, una membrana que refleja la luz sobre la retina en condiciones de penumbra. Este reflejo es el responsable del brillo de sus enormes ojos cuando les iluminamos.
Además; su gran sentido de la orientación; el perspicaz oído para altas frecuencias, muy superior al de los perros; el sensacional olfato, catorce veces mas fino que el nuestro y; los "mágicos" bigotes sensitivos (Vibrisas), completan sus cualidades de hábil cazador y le atribuyen un supuesto sexto sentido para anticipar acontecimientos.
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