La relación cerebro-cuerpo es parecida a la de los grandes simios y, su área de reconocimiento del mundo circundante es muy relevante. Las urracas, como el hombre, los chimpancés, elefantes y delfines, pertenecen al exclusivo grupo de especies capaces de reconocerse en un espejo.
Pese a sus estridentes graznidos son bellas y elegantes. Su contrastado plumaje las hace inconfundibles y la peculiar iridiscencia en las plumas negras hace que se vean bellos reflejos metálicos, verdes, morados y azules en función del ángulo desde donde se miren.