Islotes

En primavera, desde el emblemático Cabo de Peñas, además de los islotes de La Erbosa, El Bravo y El Sabín se puede contemplar al grueso de la flota artesanal del norte faenando al cerco sobre los gigantescos bancos de bocarte (Engraulis encrasicolus) durante su tradicional costera.
Unas veinte y cinco mil toneladas anuales de bocarte son capturadas en el mar Cantábrico, de las cuales, a una gran parte el vinagre convertirá en boquerón y la salazón en anchoa.

En primer plano islote de El Sabín, detrás islote de La Erbosa y El Bravo. Al fondo, la flota.

La Perra

Tras un desafortunado “encuentro” con un automóvil esta perra espera el alta veterinaria para volver a rondar por los alrededores del pueblo de la montaña moscona de Ballongo. 

No volverá a cometer el mismo error.

Perra convaleciente en Ballongo, Grado.

Castillo

Se podría decir que esta soberbia casa, con espectacular galería y jardín en la orilla del estuario del río Nalón, tiene un castillo en su jardín.

Finca del Castillo de San Martín. El Castillo, Soto del Barco.

Los Cabos

La formación geológica denominada Serie de los Cabos tiene una antigüedad de unos 500 millones de años. Se originó por acumulación mecánica de rocas, (cuarcitas, areniscas y pizarras), ya preexistentes procedentes de sedimentos depositados en ambientes marinos muy poco profundos. Se extiende por el occidente asturiano y parte de León, tiene una profundidad de más de 4000 metros. Su nombre, Serie de los Cabos, se debe a que hay afloramientos de estos materiales en varios cabos de la costa de Asturias.
Cabo de Vidio, un cabo mágico. Un grandioso pedestal para un mítico faro, el Faro de Vidio.

Cabo y Faro de Vidio sobre afloramiento geológico Serie de los Cabos.