Con la llegada del invierno los vuelvepiedras abandonan sus zonas de reproducción en el Ártico y migran hacia el sur, llegando incluso al sur de África. En primavera retornan al norte completando un ciclo migratorio que puede llegar a 27000 km en vuelos de 1000 km al día. La costa asturiana es una zona de invernada para estas resistentes y veloces aves.
Habitualmente se alimentan volteando con rapidez y habilidad piedras, algas u otros objetos, que les pueden doblar en peso, para sorprender y cazar pequeños invertebrados.
Esperemos que este ejemplar, sobre el espigón del faro de San Esteban, no intente voltear aquí piedras.
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Vuelvepiedras, Arenaria interpres en San Esteban de Pravia, Muros del Nalón. |