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sábado, 11 de octubre de 2025

Flamenco

Una de las teorías sobre el origen etimológico de la palabra flamenco es que proviene del término latino flama (llama). 
Cuando este joven ejemplar tenga unos tres años y alcance su coloración rosa de adulto se parecerá, con un poco de imaginación, a una llama de fuego sobre dos largas y finas patas. Como una antorcha viviente.
A principios del mes de septiembre se acercó hasta el paraíso de la Ría de La Villa un grupo expedicionario de, al menos, cincuenta y un flamencos rosa jóvenes procedentes del Delta del Ebro. 
Pese a ser un ave muy gregaria, con fuertes lazos afectivos, que vive en colonias numerosas, unos pocos ejemplares abandonaron el grupo y se quedaron, de momento, en la ría.
Se alimentan filtrando las aguas lodosas con su sofisticado y extraño pico. La gruesa y áspera lengua actúa como pistón de bombeo haciendo pasar el agua a través de unas láminas que retienen el alimento en suspensión: plancton, invertebrados acuáticos, semillas o pequeños restos vegetales, pequeños peces, etc. Colocan la mandíbula superior paralela a la superficie a filtrar y filtran en superficie o sobre el fondo mientras caminan o arrastran sus pies palmeados para levantar el lodo y aumentar la eficiencia del filtrado. Son buenos nadadores.
Cuando se alimentan o descansan en las charcas del Cierrón se puede admirar la belleza y majestuosidad de estas aves de casi metro y medio de altura muy de cerca, a menos de cincuenta metros. Un privilegio.
Esperemos que les guste el menú y el ambiente para que se queden o vuelvan próximamente por aquí con más compañeros y establezcan una colonia en la ría. Como su esperanza de vida es de unos treinta años tienen muchas oportunidades de volver.

Flamenco rosa joven.
Flamenco rosa joven descansando. 19 vértebras cervicales.
Peculiar pico con sistema de bombeo y filtrado.

sábado, 4 de octubre de 2025

Europea

La Tarabilla europea de la Península Ibérica es residente, aunque pueden hacer migraciones de corta distancia si crían en zonas con inviernos muy fríos, no son unas viajeras extremas como la Tarabilla norteña. En invierno también nos visitan algunas Tarabillas europeas del resto del continente.
Como la norteña, suele posarse al descubierto sobre ramas altas u otras atalayas desde donde se lanza al suelo para alimentarse sobre todo de insectos. Muy inquieta, realiza característicos vuelos acrobáticos verticales. Muy territorialista con sus congéneres. Viven en pareja y no suelen separase mucho, a donde va una va la otra.
La Tarabilla europea también acude a la tertulia de la caseta de observación del entorno del Cierrón. Pobrecitas.





Última fotografía: Tarabilla norteña y Tarabilla europea.