Los curiosos y deliciosos percebes de las batidas aguas asturianas, manjar desde la época de los romanos, poseen el mayor pene de todo el reino animal en relación al tamaño de su cuerpo.
Hasta el siglo XV se creyó que, tras una gran metamorfosis, los percebes adultos se transformaban en barnaclas, aves de la familia de los gansos. Este prodigioso cambio permitía burlar la abstinencia de la cuaresma al no ser consideradas carne estas aves. Curiosa creencia.
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Pollicipes cornucopia |
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