Palomar

La cria de palomas fue introducida en la península por los romanos.
En la Edad Media el "Derecho a palomar" era un privilegio que solo tenían los nobles y las comunidades religiosas. Se aprovechaban los huevos, los pichones y los excrementos (palomina) abono rico en nitrógeno.
En el siglo XVIII la Revolución Francesa laminó todos estos privilegios nobiliarios y, en Castilla, la gran proliferación de palomares obligó a encerrar de julio a noviembre a las palomas para que no mermaran en exceso el grano sembrado. Durante el siglo XX la cría de palomas quedó en desuso.
En Asturias las palomas sirvieron de complemento a la economía familiar de antaño. Actualmente, ya sin palomas, continuan todavía en pie numerosos palomares formando parte de la emblemática arquitectura tradicional rural.
Un patrimonio a preservar.

Palomar en El Tárano, Priero. Salas.