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sábado, 15 de enero de 2022

Salmón

Desde hace 40000 años, el salmón atlántico regresa de su fase de vida marina en el Atlántico Norte a los ríos donde nacieron para reproducirse y morir, cerrando así su asombroso ciclo vital.
En el siglo XVIII en Asturias había ríos en los que se capturaban más de 12000 ejemplares al año, incluso dada su abundancia, se llegaron a instalar aparatosas máquinas para sacar salmones del río y, curiosamente, en varios lugares de Asturias se reguló el número máximo de días que se podía poner salmón en el menú de los trabajadores de determinadas obras. A finales del siglo XX parece que se tocó fondo y, entre todos los ríos asturianos, solo se pescaron en todo el año unos 700 salmones atlánticos.
En otoño e invierno, con la llegada de las lluvias y la nieve, los caudales de los ríos asturianos crecen e invitan a los salmones a comenzar la carrera para aparearse en aguas tranquilas de las cabeceras de los ríos.
El poderoso instinto impulsa a estos peces a realizar largas migraciones marinas y a luchar sin descanso en sus ríos de origen para vencer los múltiples obstáculos que les separa de sus zonas de freza, en lo que, para la mayoría de ellos, será su último acto vital. Todo para ser "inmortal".

Salmón atlántico, Salmo salar, en el río Pigüeña, Selviella. Belmonte, Asturias.

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